dilluns, 11 de febrer del 2008

dijous, 7 de febrer del 2008

EL TAURO BLANC




'Tiburón'
Pregúntale a cualquiera que haya visto Tiburón, qué impacto ha tenido sobre su visión de los tiburones, y obtendrás la misma respuesta –los hace pensar dos veces antes de nadar en el mar. La idea de ese gran pez depredador, armado con una boca llena de dientes tipo navaja nadando frente a nuestras costas, embarga de miendo y horror a mucha gente –tanto como a los peores padecedores de la fobia a los tiburones, conocida como selacofobia- haciéndolos incapaces de tomar baños por el miedo a ser comidos.
¿Es Tiburón responsable por estos miedos? No caben dudas de que el extendido miedo a los tiburones es un fenómeno relativamente reciente, estimulado en un grado significativo por el estreno de la película de Spielberg en 1975. Las estremecedoras representaciones de los ataques, y la memorable partitura agorera de John Williams, provocaron una ola de histeria y de matanza de tiburones alrededor del mundo, convertida en una venganza sin sentido. Pero hasta comienzos del Siglo XX, los tiburones eran en su mayoría desconocidos para el público; los baños recreativos en el mar eran considerados un hábito excéntrico en los países del oeste, y muy pocas personas habían visto alguna vez un tiburón vivo. Los mitos acerca de los tiburones, han sido una parte importante para muchas culturas del mundo durante siglos. Un jarrón encontrado en Italia, fechado cerca del año 725 aC, representa a un hombre siendo capturado por un pez gigante, la primera representación occiental conocida de un ataque de tiburón; y, a partir de ese momento, ha habido muchas representaciones artísticas y literarias de estos ataques. Algunos expertos hasta piensan que la historia bíblica sobre Jonás, estuvo basada originariamente en un tiburón blanco más que en una ballena.
Tiburón trajo estas historias a la vida para millones de personas en el mundo, recordándoles que realmente hay terrores acechando en nuestros océanos. A diferencia de las clásicas películas de horror, cuyo poder de sobresalto está más basado en la imaginación, Tiburón se basó en la realidad. Mientras que el pez que aterró Amity Island realmente nunca existió, el tiburón blanco de 17 pies y 4.550 libras que inspiró la historia original de Peter Benchley, sí existió. La serie de ataques fatales de New Jersey en 1916 indudablemente ocurrieron –aunque sin los medios actuales de comunicación que los reportara a un público de ojos muy abiertos. Y el hundimiento del USS Indianapolis en 1945 –un suceso memorablemente descrito por el personaje de Quint de la primer película de Tiburón –resultó en las muertes de tal vez cientos de marinos norteamericanos, relacionadas con tiburones.
No es sorprendente entonces que algunos espectadores de Tiburón hayan reaccionado en forma negativa. A pesar de las enormes cantidades de evidencia de que los ataques de tiburón son increíblemente poco probables –es mucho más probable que mueras en un accidente donde esté involucrada una máquina expendedora de bebidas, que por un tiburón- el miedo a ellos persiste, un fenómeno que muchos psicólogos y biólogos marinos atribuyen a la película de Spielberg. En estos días, el número diminuto de víctimas fatales de tiburón anuales todavía genera llamadas de venganza contra los asesinos; y las fobias a los tiburones continúan siendo un serio problema para muchas personas, aún para algunos que viven a miles de millas del mar.
Peter Benchley, el autor del libro sobre el cual se basó Tiburón, es uno más de las muchas personas que trabajan arduamente, para reparar el equilibrio en favor de los tiburones. Actualmente Benchley dedica gran parte de su tiempo a la protección de los tiburones alrededor del mundo, y a la educación del público sobre su comportamiento; y ha dicho públicamente que no podría escribir la misma historia hoy en día. Puede que sea muy tarde para ayudar a los miles de peces que han muerto como resultado indirecto de la película, o para aliviar los miedos que se han arraigado tan profundamente en nuestra cultura. Pero más que para temerles o matarlos, esta es una buena oportunidad para aprender acerca de los tiburones y su comportamiento, y para tener éxito en su conservación.

JOC DE LA SERP EN MINIJUEGOS

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